El día en que los drones volarán por la estratosfera y llevarán internet a todo el planeta

Recuerdan aquel característico ruido que hacía el router hace unos veinte años cuando uno quería conectarse a internet? ¿Y cuando usaban esta herramienta con cierto agobio, pues la compañía telefónica cobraba por tiempo de conexión? Estas situaciones nos recordarán a la Prehistoria virtual dentro de no mucho tiempo, cuando se materialice el plan que grandes empresas tecnológicas están ya dibujando. Se trata de un proyecto que está aún en fase inicial, que tratará de llevar internet a cada rincón del planeta y, lo más importante, de forma gratuita. Una idea en apariencia simple, pero compleja en la práctica.
Un gesto de Google llevado a cabo el año pasado fue el indicador definitivo de que los planes de este internet global van en serio. El gigante de Silicon Valley adquirió Titan Aerospace, una empresa que fabrica drones y a la que han encargado un total de 16.000 dispositivos. Éstos tendrán la capacidad de volar de forma autónoma hasta tres años por la estratosfera y serán los encargados de llevar la red de redes a todo el mundo. Sin embargo, Pelayo Álvarez, CEO de la startup asturiana Skytour, aclaró que poco se sabe aún de este proyecto, ya que Google y Facebook -la compañía de Mark Zuckerberg también ha entrado en la carrera por lograr este internet global- guardan con celo la información. Además aún está por planificar cómo podrían volar los drones por esta capa de la atmósfera, ya que, aunque se trata de un espacio restringido a aviones, la basura espacial obstaculizaría sus recorridos.
Público asistente al FIMP.
Público asistente al FIMP. / DANIEL MORA
Álvarez fue uno de los ponentes que hoy inauguró el Foro Internet Meeting Point (FIMP) dedicado a la tecnología, que se celebró en el centro municipal de Pumarín y que organiza EL COMERCIO. Su empresa se dedica al desarollo e implementación de drones, aparatos, según sus propias palabras, que son «robots que vuelan» y a los que augura un futuro cercano como servicio público. Por ejemplo, podrían utizarse en mantenimiento de ciudades (una farola fundida, una baldosa suelta o una fuga de agua), en salvamento marítimo, en tareas de control de velocidad en las carreteras y en labores de rescate en accidentes de tráfico. Eso sí, negó de forma tajante que estos aparatos vayan a sustituir al hombre, ya que «serán colaborativos». Preguntado por los alumnos de cuarto de ESO y primero de Bachillerato que estaban entre el público del FIMP, Álvarez también habló de otros usos de estos robots voladores, como el anunciado por una famosa empresa de mensajería que pretende usarlos para realizar los envíos. En este sentido, aclaró que estos intentos no son más que «marketing», ya que no es viable usar el espacio aéreo para este tipo de prestaciones.
Lo que sí que tiene utilidad es el 'movimiento maker' (o «hacedor», al españolizarlo), que fue el tema que ocupó la intervención de Mariel Díaz, de Triditive, que animó a los jóvenes a descubrir el amplio mundo que se abre ante sus ojos con la impresión 3D. «Todos somos makers, fabricantes natos», fue la cita de Chris Anderson que utilizó esta ingeniera mecánica que habló de Luke Dennison, un niño de 8 años que nació sin dedos en una mano y cuyos padres descubrieron la solución a su problema en un programa de televisión: prótesis fabricadas con impresoras tridimensionales. Sin ningún conocimiento sobre programación, estos granjeros comenzaron un periplo por ferias de tecnología hasta que tuvieron la suerte de conocer a un empresario que les regaló una máquina de estas características con la que ya han construido tres manos para su hijo. Gracias a esta ayuda desinteresada, el pequeño Luke ya puede montar a caballo, usar un patinete o escribir en su ordenador. Y el suyo no es el único caso, ya que en internet existe la plataforma E-nable, mediante la que voluntarios de todo el mundo aportan sus diseños de prótesis de manos en 3D y otros las imprimen para enviárselo a niños que lo necesiten.
Sobre impresión 3D concretó más David Corte, que con solo 24 años ya tiene un negocio, Printed Life, que se dedica en Asturias a la fabricación de estas impresoras y a realizar piezas para otros. Según explicó, hay tres tipos de impresión plástica en tres dimensiones: por deposición de material fundido, estereolitografía y sinterizacién láser. Cualquiera de ellas hace que esta técnica parezca «magia», dijo.
En este contexto, Miguel Fernández, de SmartKids Academy, habló de otra plataforma que permite a los usuarios adentrarse en el mundo de los robots sin apenas conocimientos. Según su testimonio, cualquiera puede fabricarlos con una impresora 3D y con Arduino, una herramienta que ofrece hardware y sofware abierto, abarata los costes de construcción y permite contactar con una amplia comunidad de internautas.
La vocación de servicio público es una constante en los avances tecnológicos como demuestran estos casos, a los que se suma el de los videojuegos creados por BigTree Games, empresa en la que trabaja Jorge Sánchez, que presentó las apps y juegos de ordenador que sirven para ayudar en la recuperación física de ingresados en hospitales, fomentar los hábitos saludables de los jóvenes o hacer la vida más fácil a los enfermos de Alzhéimer.
Pero no solo de emprendedores vive el FIMP. Los estudiantes estuvieron representados en las ponencias por Francisco Javier Monge, alumno de 20 años de tercer año de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Oviedo, que presentó MotoStudent, un proyecto que participa en una competición internacional en la que se valora el diseño, la construcción y el ensamblaje de una moto. De su discurso se desprendía auténtica pasión por este trabajo, que en octubre de 2016 será sometido a examen y con el que tanto él como sus compañeros ya se han llevado un premio: «Aprender a hacer balances, presupuestos, trabajar en equipo, defender un proyecto en el que nadie cree, lidiar con tiempos o tratar con empresas de verdad». De esto también saben Carla Álvarez y Mario Ramos, de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, que están inmersos en Impulseracing, un programa de Formula Student nacido en 2014 para diseñar y fabricar un coche de competición.
El FIMP continuará mañana en Gijón con amenas ponencias impartidas por empresas punteras en tecnología, talleres de robótica y electrónica y la entrega de los Premios a la Mejor Web de Asturias
http://www.elcomercio.es/tecnologia/201511/18/drones-volaran-estratosfera-llevaran-20151118175847.html

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